Onceava reseña

Lisbeth Salander investiga la situación económica de Richard Forbes y descubre que depende completamente del dinero de su esposa, Geraldine, quien heredó una gran fortuna. Esto le parece un dato importante, ya que no es un buen punto de partida para alguien que maltrata a su pareja. Después de agradecerle a su contacto Bilbo y hacerle un pago, observa el atardecer, pero nota que el clima empieza a cambiar.  

Durante la noche, un fuerte ruido la despierta. Freddy McBain la alerta sobre la tormenta Mathilda, que ya ha causado daños en Trinidad y Tobago y podría llegar a Granada. Aunque aún no hay peligro, el hotel toma precauciones, y Lisbeth ayuda a asegurar objetos y llevar mantas al refugio. Más tarde, en el bar, observa a Geraldine Forbes con gesto tenso y una copa en la mano, pero su esposo no está con ella. Esto refuerza la idea de que hay problemas en su relación. Mientras tanto, los huéspedes y empleados del hotel están preocupados por la tormenta, pero Lisbeth, fiel a su estilo, se mantiene tranquila y reflexiona sobre matemáticas.  

El texto combina **suspenso e investigación**, con la tormenta como símbolo de algo más grande que está por suceder. La actitud fría y analítica de Lisbeth contrasta con la tensión del momento, mientras que la relación de los Forbes y la posible llegada del huracán añaden intriga a la historia.

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